De todas las partes de los textos sobre la traducción feminista para las clases recientes, me disfruté la más del resumen de las opiniones de Derrida en el ensayo de Rosemary Arrojo, “Fidelity and the Gendered Translation.” Dice,
“Even if a translator’s conscious goal is nothing but to be ‘invisible,’ and therefore, to recover and to reproduce the totality of his author’s ‘original’ meaning, the only possible outcome of such a project is the translator’s own view– the translator’s own ‘writing’ – of what the allegedly ‘original’ meaning is supposed to be… Not even the ‘original’ author herself could produce a totally faithful, non-abusive translation of any of her texts precisely because there is nothing definite or stable that one can be faithful to once and for all.”
“Even if a translator’s conscious goal is nothing but to be ‘invisible,’ and therefore, to recover and to reproduce the totality of his author’s ‘original’ meaning, the only possible outcome of such a project is the translator’s own view– the translator’s own ‘writing’ – of what the allegedly ‘original’ meaning is supposed to be… Not even the ‘original’ author herself could produce a totally faithful, non-abusive translation of any of her texts precisely because there is nothing definite or stable that one can be faithful to once and for all.”
Estas frases me recuerdan la historia que Profesora Dillman nos contó sobre el poema de “Stopping By Woods on a Snowy Evening.” El poema ha sido interpretado diferentemente por varios académicos, y una vez, había una conferencia con Robert Frost sobre sus obras. Refiriendo a este poema, alguien le preguntó, “Cuál es el significado del caballito en el poema?” Frost le respondió, “Cambia para mi cada vez que lo leo.”
Este ejemplo muestra la idea de que incluso el autor no puede explicar o traducir el sentido de su obra perfectamente, porque el sentido cambia con el tiempo, con el estado mental del lector, con las experiencias personales del lector, con la cultura, con una variedad de aspectos diferentes que tienen efecto en la interpretación del texto.
También, estas ideas de Derrida me recuerda del concepto del “lector implícito” que fue discutido en mi clase de Español 460 el semestre pasado cuando estudiamos un poco del estudio de narratología para analizar los textos que leímos. Aprendí que el “lector implícito” de un texto es alguien que va a entender todas las referencias y todos los mensajes entre las líneas de una obra, y por esta razón, el texto está dirigido a este tipo de lector. De verdad, creí que este concepto fue absolutamente ridículo, porque como una estudiante americana de 2013 leyendo novelas de Chile de los años 70 (el tema de esta clase), sabía que no podía ser la lectora implícita. Para mí, este hecho implica que por esta razón, no podía entender todo el sentido, o realmente disfrutar del texto de la misma manera que el “lector implícito” podía. Las novelas que leí en esta clase no fueron dirigidas a mí, sino que a un público totalmente diferente. De acuerdo con el punto de vista de Derrida en “Fidelity and the Gendered Translation,” aduciría que el “lector implícito” no es un concepto válido en el campo de los estudios de la traducción, porque nadie de un texto traducido es el “lector implícito” del texto original, y esta conclusión también me hace pensar en la importancia o la desimportancia del concepto de “lo original” y “lo traducido.”
Básicamente, interpretar el arte de la traducción a través de un lente posmoderno es un dolor de la cabeza, pero estoy de acuerdo con las ideas Derrida que están resumidas en “Fidelity and the Gendered Translation.”
Este ejemplo muestra la idea de que incluso el autor no puede explicar o traducir el sentido de su obra perfectamente, porque el sentido cambia con el tiempo, con el estado mental del lector, con las experiencias personales del lector, con la cultura, con una variedad de aspectos diferentes que tienen efecto en la interpretación del texto.
También, estas ideas de Derrida me recuerda del concepto del “lector implícito” que fue discutido en mi clase de Español 460 el semestre pasado cuando estudiamos un poco del estudio de narratología para analizar los textos que leímos. Aprendí que el “lector implícito” de un texto es alguien que va a entender todas las referencias y todos los mensajes entre las líneas de una obra, y por esta razón, el texto está dirigido a este tipo de lector. De verdad, creí que este concepto fue absolutamente ridículo, porque como una estudiante americana de 2013 leyendo novelas de Chile de los años 70 (el tema de esta clase), sabía que no podía ser la lectora implícita. Para mí, este hecho implica que por esta razón, no podía entender todo el sentido, o realmente disfrutar del texto de la misma manera que el “lector implícito” podía. Las novelas que leí en esta clase no fueron dirigidas a mí, sino que a un público totalmente diferente. De acuerdo con el punto de vista de Derrida en “Fidelity and the Gendered Translation,” aduciría que el “lector implícito” no es un concepto válido en el campo de los estudios de la traducción, porque nadie de un texto traducido es el “lector implícito” del texto original, y esta conclusión también me hace pensar en la importancia o la desimportancia del concepto de “lo original” y “lo traducido.”
Básicamente, interpretar el arte de la traducción a través de un lente posmoderno es un dolor de la cabeza, pero estoy de acuerdo con las ideas Derrida que están resumidas en “Fidelity and the Gendered Translation.”